Sánchez y Xi en medio de la turbulencia económica mundial

2025-04-15

El timing de este encuentro es muy importante, pues llega en un momento crítico para la economía global. La gira de Sánchez por Asia a dos economías clave para la dinámica mundial es estratégica; sin embargo, la reunión de Beijing conlleva un conjunto de aspectos con alcances dentro y fuera de la relación bilateral.

 

Primero, la conmemoración de los veinte años de la firma del establecimiento de la “Asociación Estratégica” entre ambos países. En este sentido, la administración de Aznar abrió la puerta a un diálogo más cercano con lo que en su momento era la economía emergente más importante de inicios de siglo. A lo largo de estas dos décadas, la triangulación entre Madrid, Bruselas y Beijing no siempre se ha encaminado hacia el mismo objetivo; y justo esto es lo que se ha convertido en un reto. Por un lado, los resultados macroeconómicos de esta relación no han sido los más benéficos para los europeos. En el caso español, en 2014 China se convirtió en el segundo acreedor de su deuda. De igual forma, existe una relación superavitaria para Beijing; siendo el principal socio comercial asiático y el cuarto de manera general. En este déficit para España, existe una brecha de plusvalía respecto a los productos ofertados frente a los demandados, pues los productos estrella son cobre 14.1%, carne de cerdo 12.3% y medicamentos 7.2%; mientras que en el mercado español se consumen: 7% dispositivos semiconductores, 4.4% equipo de transmisiones, 3.8% baterías eléctricas, 3% carros, entre otros. Esta dinámica comercial ha generado debate y un escenario bilateral no constante respecto a Beijing, pues en la política y en el sector empresarial existen voces que ven a China con temor y desconocimiento. En este sentido, económicamente hay temas “sensibles” dentro de la relación como lo son el sector automotriz y el agro. Por otro lado, esto no ha eximido de que, en comparación con otros países europeos, España tenga una relación “cercana” y de constante interacción. Tal es la participación en los foros de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), en donde Madrid juega un papel importante en uno de los proyectos de arranque, que es el tren de carga de Yiwu a Madrid, que en diciembre de 2024 cumplió 10 años de operar. En el tema de inversión, durante los 20 años de la asociación estratégica, China ha colocado 10.7 MMD, siendo el sector energético en el que más dinero ha invertido (2.5 MMD). Mientras que España se ha centrado últimamente en el sector farmacéutico y financiero con unos 91 millones de euros.

 

Todo este contexto lleva a esta segunda visita de Sánchez en un periodo menor a un año, pues en septiembre de 2024 fue la última vez que el mandatario español estuvo en Beijing. Esto da paso al segundo punto. En donde pese a la confrontación arancelaria entre China y Estados Unidos, la presencia de Sánchez en China da continuidad a este diálogo que se refuerza bajo el discurso de política de «puertas abiertas» al comercio global. Si bien Estados Unidos es un mercado con mayor presencia para las exportaciones españolas, principalmente orientada al petróleo y medicamentos, esta política de diversificación muestra cierta intención de adaptabilidad frente a los retos que están por venir. España está en medio de dos sectores que pueden sufrir más cambios en este 2025, que son el automotriz y el textil. Respecto a lo automotriz, la experiencia alemana asienta un precedente importante para toda la cadena de suministro y los demás fabricantes alrededor del mundo. Mientras que en lo textil, uno de los gigantes españoles, que es INDITEX, también debe adaptarse ante posibles barreras arancelarias y no arancelarias. Así como el surgimiento/consolidación de nuevos nodos de manufactura textil, como es el caso de Vietnam y otros países del sureste asiático.

 

En medio de esta gran turbulencia económica, y pese al desencuentro de finales de 2024 respecto a los eléctricos, desde Bruselas para el resto de la Unión Europea se prende la alerta de diversificar. En donde se comienza a promover diálogo con socios olvidados o poco visibilizados como América Latina, África y Asia, curiosamente el espacio geográfico que más ha trabajado China durante los últimos 20 años en la búsqueda de la consolidación de su Comunidad de Destino Compartido. Ante todo esto, no es extraña la declaración de Sánchez a Xi, en donde mencionó que “España es un país profundamente europeísta que ve a China como socio de la Unión Europea (UE)».

 

Observatorio de la Política China

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